Sam y Freddie se burlan de Carly, cuando descubren que ella no ha hecho ninguna broma en toda su vida. Desesperada, Carly busca ayuda en Spencer, que en la secundaria había sido el maestro de las bromas, hasta que un día le arrojó ajo en polvo en los ojos a 5 de sus compañeros y, desde entonces, juró no volver a hacer una broma en toda su vida.